Coca-Cola, el
rey de la mesa
Por León Felipe
Bojalil
Foto por www.mamaaltademanda.com
México tiene una cantidad enorme de frutas,
por eso es que aquí se originaron muchas de las aguas frescas que se consumen
hoy en día. Tristemente, a pesar de nuestra gran variedad de deliciosas aguas
naturales, somos el segundo mayor consumidor de
refrescos en el mundo.
En promedio, un mexicano toma 160 litros de
refresco al año, lo que equivale a casi medio litro diario o una lata y media.
La industria refresquera en México factura
alrededor de 15 mil 500 millones de dólares anuales y representan casi el 11%
del PIB del sector alimenticio.
Chance se preguntarán qué es lo malo de tomar
refrescos y la respuesta es bastante sencilla. Además de que los que no son de
dieta contienen mucha azúcar/carbohidratos
y contenido calórico, no aportan ni medio nutriente.
La historia con los boings u otros jugos es
la misma, no le aportan al cuerpo lo que necesita para desempeñar sus funciones
de manera correcta.
Por otra parte, tenemos que tomar en cuenta
que vivimos en un país donde la mayoría de la gente es de escasos recursos, por
lo que el refresco o jugo enlatado es la mejor opción tanto por su precio, como
por la sensación de “llenado” que dejan en el estómago.
Con intensiones de mejorar el problema de
obesidad y de sobrepeso que afecta a casi el 70% del país, la ONU urgió al
gobierno mexicano a tomar medidas drásticas con el fin de bajar el consumo de
productos con alto contenido calórico.
Del mismo modo, esta organización
internacional sugirió que se concedieran subvenciones a las comunidades pobres,
para que tuvieran mayor acceso a agua potable, frutas y verduras.
Recordemos que atender el problema de la
obesidad es sumamente caro para el país, por lo que podría destinarse parte de
ese dinero para mejorar el acceso de agua a los que menos tienen.
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