Por Andrés Nájera
Fotos por lanacion.com.ar
Desde la regulación de las drogas blandas en 1976, Holanda aceptó la
venta y comercialización de estas drogas como la marihuana y el hachís, de
producción nacional y de importación. La política que sustenta la legalización
de las drogas blandas en Holanda son: la información, prevención, tratamiento y
control de los narcóticos para evitar el mal uso del cannabis.
Holanda es mundialmente conocida por los famosos “coffee shops”, en
donde se venden diferentes tipos de marihuana y de hachís, así como productos
con extractos de estas plantas.
La regulación de venta de drogas suaves ha
hecho que Holanda, principalmente Ámsterdam, se vuelva el centro recreativo de
miles de jóvenes que van a consumir drogas suaves.
Los “coffee shops” han sido amenazados por el crimen organizado y los ha
llevado a producir su propia droga o pedírsela a gente de confianza.
Ante esta
amenaza, el gobierno ha prohibido, a partir del verano del 2012, el uso de
cannabis con una concentración de tetrahidrocannabinol (THC, principal activo)
mayor al 15%. Cuando supere este 15% de THC, se le considerará droga dura, ya
que existe “el posible aumento del riesgo de dependencia y trastornos
psicóticos del cannabis fuerte” según Margriet van Laar, coordinadora del
estudio que evalúa anualmente el uso de drogas en Holanda.
Según un estudio publicado en octubre de este año por el Journal of
Neuroscience, y efectuado por neurólogos de la Universidad británica de
Bristol, se observaron "comportamientos distorsionados semejantes a la
esquizofrenia", en donde ratones fueron inyectados con una sustancia que
simula el efecto del THC.
Es por esto que quedará prohibida la venta de cannabis con un THC mayor
al 15% en los coffee shops, ya que "Las personas sanas pueden presentar
síntomas como los esquizofrénicos debido al THC", escribe Matthew Jones,
principal investigador del trabajo, y las autoridades del gobierno holandés.
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